jueves, 12 de diciembre de 2013

Un final de Lola y un epílogo del lobo feroz





Convencida estoy que a pesar de mis besos, abrazos y lágrimas, tú no querías estar en esa maldita mesa donde tantas veces subías para curarte, ese día no, hubo que obligarte.
En mi defensa te diré que te llevé para mejorar.
Me equivoqué.
Sólo decirte que en esa brevedad, a solas contigo te abracé y te pedí que no tuvieras miedo, no estabas sola.
¿Lo tuviste Lola?.
Cuando cerraste los ojos ya te había comido.
Así que soy un poco tú, un poco Lola.


¿Lo tuviste Lola? ¿tuviste miedo?.


Esperanza mira.





                       




                       un epílogo del lobo feroz


..... el epílogo de una Vez.

Un silencio como tantos otros se instaló en la estancia.
Tentada estoy de decir en el alma, pero que alma,
¿la grande?, ¿la pequeña?, ¿cuál es la mía?.
Es verdad, debería de engullir a la Vez,
fui capaz de comerme un alma de gran tamaño, pero entonces para los acontecimientos
venideros tendría que elevar a categoría de "ente" a un dolor esofágico.
¿Y qué?
En mi suburbio el silencio tiene hasta hongos.


A saber lo que diría la Lola.









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