martes, 3 de diciembre de 2013

de nuevo con Lola y el lobo feroz II

                                 ...una Vez

Tumbada en el sofá, abrigada y mirando hacia el techo, al contrario de lo que se cree mirar hacia arriba no significa nada, es lo más parecido a no estar y de cuerpo presente.
Así que estar tumbada en el sofá no es ser interesante es una falta de interés. Es una de las posturas favoritas del desinterés. No me importa esta actitud, me gusta, como la cabeza la tengo más baja que los pies notas que el cerebro late "es el riego sanguíneo" dices, pero no, es una película. Metros y metros de película recorriendo y buscando una salida auditiva, el metraje es mudo, así que es imposible que huya. No hay imaginación, una y otra vez la cadena no se corta. Hay veces que logro llegar al negro, entonces me siento una heroína, el negro, nada. No hay parásitos. Pero este halago de heroicidad no es tan mayúsculo ya que ultimamente veo mucho el negro.
Es lo más parecido al recuerdo de niña en el cementerio de visita a la tía, el día alegre, las lapidas que nos rodeaban eran parte de nuestro juego, pero en la noche me preguntaba ¿qué iba hacer tanto tiempo tumbada hacia arriba? ¿tanto se podía estar pensando en un nicho?.
Una angustia que me duraba días y que se repetía año tras año.
Ahora me angustia más si cabe, si estando viva llego al negro ¿qué será de mi en el nicho? 

Lola mira.






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