domingo, 8 de diciembre de 2013

Lola y el lobo feroz III


                                      ....una Vez

Lola mira.

A Lola la miro.
A pesar de los años que estamos juntas siempre me sorprende, estoy convencida de que si fuera una sombra carnosa ésta sería con volumen.
Su espontánea acritud me desquicia, es como tener mí conciencia controlada. Sus valores están marcados ¿cómo es posible que los míos no?.
A mí los espejos me sirven. Un espejo te dobla a ti y al espacio, varios te desdoblan, tienes un vacío lleno.

Lola mírate,

¡oh! que buena terapia ésta que te ponen una ventana que nunca da al exterior y que en cualquier caso si diera yo misma sería un impedimento para verlo,
¡oh! me he convertido en un magnífico impedimento y no en un bulto,
¡oh! que explorable soy con lo inexplorable que era antes de conocer el espejo.

Lola que acritud la tuya



¡OH!
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