cuentos desidiosos
Se creía que por su tamaño estaba utilizando el espacio más adecuado. De modo que eso le permitiría introducirse holgadamente, silenciosamente.
Calculó mal, fue tan silencioso y tan holgado que el cuento, que el análisis poco tuvieron que narrar.
Sólo se sabe de esa mano, que sepamos de ese dedo.
Ese índice erecto que deja al resto de sus compañeros etéreos o pasmados.
Cabría decir y el cuento contar que ..........
Colorín, colorado el Pancracio del Perejil a otro espacio
se ha mudado.
FIN