viernes, 24 de junio de 2016

TRISTES DIÁLOGOS DE UNA MERIENDA CAMPESTRE



              UNA MERIENDA, UNA TARDE DE VERANO





    La noción del viaje no fue muy específica, quizás la sorpresa de un día perfecto lo camufló.
   Después de varias temporadas expuestas lo merecen.
   El continuo perfomance detrás de los cristales ha sido exhausto, -los que se mueven a la otra parte del cristal no 
se enteran de estas cosas-.
   Bien, ¡magnífico lo que se ve!. Parece un día de los que dicen precioso ¿no?.
   No obstante se esperaba algo más idílico del sitio, claramente, no con tanta mierda.
   No eran tantas observaciones para el tiempo que había transcurrido, al menos no era consciente.
   Por cierto, ¿no te parece que el chofer tarda en recogernos?.
   Trás un silencio, una observación en voz alta:
"me temo que este chofer es un perfecto y grandísimo hijo de la gran puta".
   Trás un silencio, hubo una réplica en voz alta:
"sí, como alguien dijo: el cabrón tenía pedigree".
   No entiendo nada.
   Mejor cerremos los ojos.

         


sí, mejor cerremos los ojos 


No hay comentarios:

Publicar un comentario