lunes, 10 de noviembre de 2014

UCRONÍAS

                   UCRONÍAS 1?                       

                                               AÚN EN NINGÚN TIEMPO




 Odiaría muchas más cosas, seguro que si.
Pero ahora, en este momento en el que aún no es día, lo sé, pues en los diminutos 
huecos de la persiana no entra nada. En este momento odio las sabanas, el peso
de las sabanas.
Lo sé, pues me he dado la vuelta.
Lo sé, pues si tuviera cintura ahí ha sido el primer freno del giro.
Cuando he conseguido zafarme de ellas, se han pegado a lo que serían si yo
tuviera piernas.
La tela se ha enredado en las putas varices que tendría en el caso de que las piernas
existiesen.
No puedo más que rendirme y residir en este levantamiento de peso. Que mis miembros
inferiores han sucumbido al combate.
Creo que por los diminutos huecos de la persiana aún no es día, aún no entra nada.

Cualquiera se da de nuevo la vuelta.



   



UCRONÍAS 1.1?




Con esta aprensión se me ocurre chillar,
cuando sabes que por los diminutos huecos de la persiana no entra nada, chillar
es una liberación.
Eso en el caso de tener cuerdas vocales. Existe la posibilidad de que en el giro las
sabanas se hayan adherido a ellas.
Una desazón de tela que te invade hasta lo más íntimo, tú sonido.

Intentaré otro asalto por sorpresa.




Aún en ningún tiempo me lo propongo,
Pienso en los anillos que llevo, dos alianzas,
una de oro y otra de plata.
Una de un muerto y otra de un vivo.
Las dos regaladas, las dos grabadas, las dos recordadas, las dos envueltas,
las dos ........
¡Que tontería!.
¡Nunca! te meten en la caja con metales, por si los roban.

Esto no es lo que yo creía.